1- Escribe todo.
Escribe tus ideas, no las confíes a la memoria.
En algún lado leí “La mente es para tener ideas, no para guardarlas” (creo que es de Merlin Mann, pero no estoy seguro…). No podría estar más de acuerdo.
Algunos de mis momentos de más pura inspiración han sido, literalmente, cuando menos me lo esperaba, como a mitad de la noche, en la regadera, o a mitad de una caminata. Así funciona la mente humana. Sin importar lo que estés haciendo, tu cabeza está trabajando en todo momento, y las sinapsis de algún área de tu cerebro no se van a detener sólo por que estés enfocado en usar las de otra área en ese momento.
He notado que las ideas que no apunto en papel, rápidamente desaparecen de mi mente, o pierden su forma. Algunos de mis mayores momentos de eureka! se desvanecieron simplemente por no haberlos escrito a tiempo, lamentablemente (para mi).
Un ejemplo muy claro de esto se encuentra en mis investigaciones sobre el origen de los sueños. La mécanica del sueño (la actividad onírica, no la fisiológica) está hecha de forma que olvidemos nuestros sueños al despertar. De otra forma, perderíamos rápidamente la noción de la realidad, y muy pronto entraríamos en neurosis o algún estado disociativo. El cerebro necesita olvidar, tanto nuestros pensamientos conscientes como los inconscientes. Lo que he descubierto, es que, incluso al poner por escrito el contenido de los sueños (lo cual debe hacerse inmediatamente al despertar, más tarde escribiré sobre esto), este se desvanece de la mente consciente rápidamente, incluso en cuestión de horas, y después de algunos dias es imposible recordar cualquiera de los detalles que se hayan escrito de ese sueño en particular.
(Con la notable excepción de los que causan una impresión profunda, como las pesadillas, pero únicamente si se repiten varias veces estando consciente, por ejemplo, relatándoselo a algún familiar o amigo, en cuyo caso se pierden los detalles a lo largo de los días, pero se mantiene una sinopsis general del contenido manifiesto)
Es bastante peculiar el leer algo que uno mismo escribió dias antes y descubrir que ya se había olvidado por completo.
Siempre carga con pluma y papel. En caso de emergencia, escríbelo sobre tu propia piel si es necesario. Yo siempre traigo una libretita (Las Moleskin son buenísimas, pero pretenciosas. Un diario o agenda de bolsillo servirá) Probé un rato con la Hipster PDA, pero me resultaba difícil llevar una cronografía de mis notas, así que regresé a los cuadernos. Tengo decenas de estas libretas, llenas de apuntes, garabatos, números, direcciones, citas, observaciones y pequeños pensamientos. Esto me permite transladar el desorden a mis notas, en lugar de cargarlo en mi mente.
Algunos de mis poemas comienzan como una o dos líneas que me gustaron por su simplicidad, o por la musicalidad de sus sílabas. Hace poco escribí un cuento corto de ciencia ficción (algo fuera de los géneros que acostumbro) que nació de un comentario que hice en un post de Cory Doctorow. De una anotación que olvidé por que hice, surgió un artículo completo para Hombre Social. Nunca sabes a donde te van a llevar las ideas, así que lo mejor es guardarlas todas. La memoria es un mal lugar para hacerlo. Apunta.
2- Enfócate en una sola cosa a la vez.
Con tantas ideas, es fácil perder el interés en una y pasar a la siguiente. El problema con esto es que rara vez terminas algo que iniciaste. Lo mejor, es trabajar en una idea a la vez. Si en el transcurso de ese trabajo surge otra idea, se apunta y pasa a la lista de espera. Cada cierto tiempo, por ejemplo, 5 minutos por cada 20, o 10 minutos cada hora, puedes tomarte un break para pensar o trabajar en otros proyectos. Esta estrategia me ha permitido completar (o tener algún avance) en buen parte de mis proyectos para este año.
La forma para procesar esta fila productivamente, es, hacer primero lo prioritario o necesario, y dejar para después lo menos probable/importante (lo que yo llamo “proyectos cool”, o cosas que me gustaría hacer sólo por el “cool factor” pero que no agregarían ningún valor de verdad a mi productividad u obra, más que el hecho de poder decir “hice tal cosa”)
Las ideas surgen de forma espontanea. Las buenas ideas nacen de la necesidad de resolver un problema o de cubrir un requerimiento. Por ejemplo, tengo en mi departamento más libros de los que voy a leer (o releer) en mi vida. Hace poco hice una criba, juzgándolos bajo los criterios ¿volvería a leer este libro más de 2 veces en el futuro?, ¿me llevaría este libro a una isla desierta? y ¿me apoyaría en este libro para la educación/formación de mis futuros hijos?
Esto me dejó con menos de 60 volúmenes en mi librero, y unas 12 cajas de libros que no deseo conservar (sin contar las cajas que ya tengo en almacenaje). La cuestión ahora era ¿que hago ahora con tanto puto libro? Sólo estaban ocupando espacio en mi departamento, un recurso muy limitado. Primero pensé en venderlos por mercadolibre.com, pero, para empezar es una página que detesto y me niego por principio a usar. Encima, iba a ser molesto para mi listar y rastrear cada libro por separado, y luego lidiar con el embarque y los compradores, también por separado. Sin embargo, hace un par de semanas hice un pedido en Amazon (no aprendo, sigo comprando libros) lo cual me dió una idea… en México sólo conozco una librería online (Gandhi.com, la cual no he usado hasta ahora) ¿que tal si existiera una librería online, pero únicamente para libros de segunda mano? ¿Usaría yo un servicio así?
La respuesta fué un rotundo si, si los precios fueran justos y el servicio confiable. Tengo mis propias habilidades en gran estima, así que confié en mi capacidad de llenar esos requisitos. Inmediatamente me puse a trabajar en eso, apuntando todas las ideas que me venían a la mente sobre esto (punto 1) y haciendo una sesión improvisada de brainstorming (punto 4) con todas las personas que encontré conectadas y cuya inteligencia respeto para elegir el nombre para el dominio .com de la página (a final de cuentas terminé eligiendo uno completamente diferente a los que me sugirieron, pero me señalaron la dirección correcta. ¡Gracias a todos!)
La idea la tuve un miércoles, y para el lunes en la mañana ya tenía una versión funcional de la tienda. La clave estuvo en enfocarme exclusivamente a eso, incluso, al grado de perder la noción del tiempo y no dormir el fin de semana. (Aunque me tomé un break de unas 4 o 5 horas para ir a una fiesta de san valentín) Si hubiera usado parte de ese impulso trabajando en otras cosas, o si hubiera perdido tiempo en decidir el siguiente paso o en “considerar” las opciones, quizá aún seguiría eligiendo el nombre para la página en lugar de estar ya vendiendo libros. Como plus, este proyecto cubre varias de las necesidades que tengo en mi vida, como la necesidad de liberar espacio en mi departamento, o la necesidad de una fuente alternativa de ingreso que no limite mi tiempo.
3 – Abarca mucho.
Esto podría parecer contradecir el punto 2, pero no es así. Por ‘abarcar’ me refiero a no concentrar tus esfuerzos mentales a una sola disciplina. Si eres escritor, no te enfoques únicamente a escribir ni deseches ideas que pudieran pertenecer a otros campos. Si eres músico, pérmitete pensar en conceptos visuales, u otras maneras de representar tu sonido.
La inspiracion se encuentra en cualquier lado. Incluso ideas que podrían parecerte inútiles para ti, podrían servirle a alguien más. Todas el conocimiento se retroalimenta (quien diga lo contrario simplemente no está pensando). Conceptos matemáticos se pueden aplicar a las artes plásticas. La filosofía nutre al derecho, la ingeniería a la arquitectura, o la linguística a la psicología. Todo vale.
Yo, que me considero escritor, he producido ideas que han inspirado canciones, guiones, poemas, o negocios. Nunca sabes a donde te pueden llevar tus ideas, pero tampoco sabes a donde puedan llevar a alguien más. Ante cualquier objeto, pensamiento, concepto o abstracción que encuentres, pregúntate, ¿qué haría yo con esto? ¿de qué me sirve, qué me enseña? y ¿como lo haría yo mejor? Las respuestas no dejarán de sorprenderte.
4 – Brainstorming.
Si el cerebro es como un músculo, a veces es necesario llevarlo al límite de su capacidad para poder desarrollarlo y aumentar su productividad. Si lo alimentamos con chatarra azucarada y televisión basura pronto nuestra materia gris no será mas que gelatina sin sabor. Hay que hacerla sudar.
Cuando tengas necesidad de generar una idea o concepto en partícular, en lugar de esperar a que llegue la inspiración o en tratar de darle forma a una idea en particular con la esperanza de transformarlo en algo bonito o útil, mejor intenta una breve (o larga) ráfaga de ideas. Apunta o registra todo lo que te venga a la mente. No juzgues, critiques, deseches o transformes nada aún, apúntalos tal cual aparezcan. Algunos saltarán a la vista o tendrán prominencia de inmediato. No te enfoques en ellos aún, sigue escribiendo todo lo que tu mente produzca hasta que se te seque el caudal de ideas. Entonces revisa tu lista, y trabaja en los conceptos que te hayan gustado más. Incluso, puedes combinar conceptos, evaluarlos, o tomar elementos de varios para crear aún mas conceptos.
Esto funciona mejor en grupo. Haz que una persona apunte todo (o usa una grabadora de voz) y, durante un período definido, todos compartan las ideas que les vengan a la mente, o creen nuevas ideas partiendo de ideas anteriores. Por ejemplo, para elegir el nombre de una banda, o la temática de una conferencia o evento.